Hoy queremos hablaros de algo muy importante para alargar la vida útil de nuestros transformadores y que a menudo solemos posponer: su mantenimiento.

Frecuentemente olvidamos realizar trabajos de mantenimiento de rutina cuando los equipos están funcionando a pleno rendimiento. Sin embargo, esperar a que se produzca una avería tiene consecuencias negativas para los usuarios y empresas: reparaciones más costosas y complejas, así como aumento de costes (reemplazo y/o alquiler de maquinaria, detención de la producción, inactividad empresarial…).

Por ello, el objetivo del mantenimiento predictivo es la anticipación y la reducción de la posibilidad de las fallas en los transformadores, mediante la detección de señales tempranas de defectos en el equipo, minimizando así el riesgo de averías y del consecuente mantenimiento correctivo. Además, estos mantenimientos nos permiten conocer el grado de deterioro del transformador y predecir el ciclo de vida.

Gracias a las tareas de mantenimiento como la limpieza, filtrado de aislantes, reemplazo de piezas y accesorios deteriorados conseguimos alargar la vida útil y un mayor rendimiento de los equipos.